jueves, 6 de enero de 2011

DESEARÍA VOLVER A HACER UN CHIQUILLO


Desearía volver a hacer un chiquillo, con una vida sencilla. Lo problemas de la niñez, los deberes que no los podíamos hacer, lo posible que por no acabar a tiempo no veríamos aquellas comiquitas que tanto gustábamos en la tv. La posible paliza por haber roto aquel adorno. Los juegos en los parques, aquel partido de futbol, y para luego llegar sucio a casa sabiendo la repelada por la ropa recién puesta.

Las pequeñas noviecitas con la que compartíamos el lunch en el cole. Los relatos que nos daban  tanto miedo, sobre supuestos seres raros. Las pesadillas de niño, para luego correr a altas horas de la madrugada donde uno más quiere, una abuela que nos conciente.

Aquellos dulces en la tiendita de la esquina, rejuntando moneditas para poder comprarlas, la colección de cromos para el álbum del dibujo de moda.

La preocupación por comer aquella sopa que tanto detestábamos, o la curiosidad de saber cual era la comida que habían preparado en casa al llegar de la escuela.
Las enfermedades que a todos cuanto chicos nos dan el la escuela,  las paperas, el sarampión, la fastidiosa gripe.

Aquella tarde que por tener fiebre, nos condenaban al encierro y justo cuando todos nuestros amiguitos nos esperaban para aquel juego tan esperado. Oh, tal vez aquella tarde que terminábamos la tarea temprano y que por la lluvia no podía salir. Los barquitos y aviones de papel compitiendo entre muchos por ganar.

El paseo con papá en el carro, para que luego nos lleve a comer aquella golosina que tanto gustábamos. El juego en el parque con Amigo, Dingo o Bobby, aquel perro que era nuestro fiel amigo y compañero de juego.

Ser niño, sin preocupación a las guerras, a los ladrones, o por falta de dinero que nuestros padres tal vez pasaban.

Hoy, siento que aquel niño que había en mi ya no existe o esta muriendo. Tal vez al crecer las preocupaciones, el dinero, el sexo, los noticieros con información trágica han desaparecido todo de mi. Mientras escribo esta lectura las lágrimas no dejan de salir, ya que nunca se debería dejar morir a él. Aquel niño de profundos y grandes pensamientos, de sueños inacabables, de energía pura.

Esta lectura no servirá de nada si usted deja al igual que yo, muera el niño que lleva por dentro. Y si ya tienes hijos eso no impide para que en un momento libre te sientes con el a jugar. Te lo aseguró cuando el sea grande te lo agradecerá. En ocasiones el pensar como niño con aquella gran imaginación nos puede ayudar a resolver un problema.

Con cariño para todos cuanto me han hecho recapacitar.

No hay comentarios: